«L’idée est d’utiliser ce qui est accessible aux producteurs. On utilise des plantes indigènes et on s’est servi d’un broyeur pour aller plus vite, mais cela peut aussi se faire à la machette», explique Guylaine.Ils se servent également de plantes sèches et humides récupérées sur le terrain de la coopérative pour fabriquer du compost. Un processus qui dure environ trois mois avant que l’engrais puisse être utilisé pour les plants de cardamome, de café ou de toute autre plante. Le couple utilise également l’arnica, une plante indigène qui pousse très vite, donne des feuilles très vertes, contenant beaucoup d’azote, élément principal dans la fertilisation, qu’ils font fermenter plusieurs jours dans l’eau avant d’obtenir un fertilisant liquide naturel riche en minéraux. Guylaine et Marc ont déjà pu constater les bienfaits d’un autre engrais, fruit de leurs expérimentations, obtenu à partir de la cendre de bois. La cendre macère trois jours dans l’eau afin d’en retirer le maximum de minéraux: potassium, magnésium, calcium. «En trois semaines, les plants qui ont reçu la cendre ont poussé deux fois plus vite que ceux qui n’en ont pas reçu. La cendre, c’est gratuit, tout le monde peut en avoir, car ils cuisinent tous au bois dans la communauté», explique Guylaine. Tout en procédant à leurs expérimentations, les deux volontaires canadiens ont enseigné aux leaders de la communauté qui compte 180 familles comment reproduire ces expériences et ainsi augmenter le rendement de leurs production à moindres frais. La agricultura orgánica para mejorar las cosechas de cardamomo
Guylaine Turgeon y Marc Ferland, una pareja en la vida, socios en el trabajo, tienen una pasión común, la agricultura orgánica. Desde mucho tiempo, los dos soñaban con cooperación al desarrollo. Un deseo cumplido en 2015 en Guatemala.
Guylaine, quien creció en una familia de productores de árboles de Navidad, siempre ha estado interesada en las plantas. Ella es técnica en horticultura ornamental, especializada en agricultura orgánica. Él es técnico en agricultura, especializado en biología. Elle se dedica a la producción y la nutrición vegetal (abono), él se encarga de la gestión y desarrolla sus conocimientos en pesticidas.Titular de un diploma en creación y expansión de empresas, Marc asumió la gerencia de un centro de jardinería durante más de 20 años. Al tiempo que ayudaba a Guylaine en su micro-empresa de producción de tomates en invernadero.
Juntos, tomaron clases intensivas en agricultura orgánica autogestionada. Están especialmente bien preparados para saber que a largo plazo la agricultura tradicional no funciona porque agota el suelo. «En orgánico, trabajamos con un suelo vivo que tiene nutrientes. En tradicional, curamos enfermedades», explica Marc.
Aumentar los ingresos de los pequeños productores de cardamomo
Entre ellos dos, tienen conocimientos considerables para ayudar a los productores de cardamomo de Guatemala - aunque trabajar con esta planta es nuevo para ellos - y particularmente en la región de Alta Verapaz, dónde el CECI puso en marcha el proyecto PROCACHI con un socio, ADECAR, la Asociación de Exportadores de Cardamomo, para ayudar los pequeños productores a aumentar la calidad de la planta y los ingresos que de ella se derivan. La pareja trabaja en dúo para CECI-ADECAR, Marc como asesor en producción agrícola sostenible y Guylaine como asesora en técnica agrícola. Su mandato: aumentar los ingresos de los pequeños productores de 20% reduciendo los insumos (herbicida, insecticida, abono químico) y apoyarles en la elaboración de sus propios abonos y pesticidas. En los últimos años, las cosechas de cardamomo están dañadas por un insecto, el thrips, que tuvo por consecuencia una baja de la cantidad y de la calidad de la especie. Guatemala - que cuenta con unos 350 mil productores de cardamomo de los cuales alrededor del 95% son pequeños productores - es el primer exportador mundial de cardamomo. El territorio cubierto por el proyecto PROCACHI es inmenso, 14 regiones con suelos y clima diferentes. Imposible con estas condiciones de aplicar el mismo método por todos lados. Difícil también proceder a experimentaciones en cada región. Esta en Chionon Sexucti, en la región de San Pedro Carchá (Alta Verapaz), en tierras pertenecientes a la cooperativa Nuevo Amanecer que los dos voluntarios canadienses empezaron su trabajo. Enriquecer el suelo con menores gastos Procedieron entonces a realizar experimentaciones sobre algunas parcelas de la cooperativa, agregando materia orgánica a las plantaciones para enriquecer el suelo. Para hacerlo, los dos voluntarios usan varios métodos, como los de las ramas picadas - residuos de ramas o árbol - obtenidas con una trituradora para acelerar el proceso. El suelo de Alta Verapaz es muy ácido, contiene mucha arcilla y poca materia orgánica, la vida microbiana es poco activa. Las ramas fragmentadas actúan como fertilizante - contienen muchos nutrientes - y protegen el suelo de la evaporación y de la erosión, mientras acelerando la vida microbiana.«La idea es utilizar lo que es accesible para los productores. Uilizamos plantas indígenas y usamos una trituradora para ir más rapido, pero se puede hacer también con un machete», explica Guylaine.
Usan igualmente plantas secas y húmedas encontradas en el terreno de la cooperativa para preparar abono. Un proceso que tarda más o menos tres meses antes de poder utilizar el fertilizante en las plantas de cardamomo, de café o de cualquiera otra especie.
La pareja utiliza también la árnica, una planta indígena que crece muy rápido, da hojas muy verdes, conteniendo mucho nitrógeno, elemento principal en la fertilización, la cual se va a macerar en el agua durante algunos días antes de obtener un abono liquido natural rico en minerales.
Guylaine y Marc ya constataron los beneficios de otro fertilizante, fruto de sus experimentaciones, obtenido a partir de cenizas de madera. El té de cenizas ha fermentado tres días en agua para sacar el máximum de minerales: potasio, magnesio, calcio.
Mientras procediendo a sus experimentaciones, los dos voluntarios canadienses enseñaron a los jefes de la comunidad que cuenta con 180 familias como reproducir estas experiencias y así aumentar el rendimiento de sus cosechas con menores gastos.«En tres semanas, las plantas que recibieron el té de cenizas crecieron dos veces más rápido que las otras. Las cenizas son gratis, todo el mundo puede tener unas, porque todos en la comunidad cocinan con leña», asegura Guylaine.