Entrada de blog
En Sèmè-Podji, en el corazón de la comunidad de Xwla1, Benín, se está produciendo una transformación inesperada. Este pueblo beninés, que vive de la pesca, el cultivo de la caña de azúcar y el pequeño comercio se enfrenta a un gran reto: la omnipresencia de las bolsas de plástico. Estas bolsas, utilizadas masivamente para envasar productos como las bolas de akassa, están amenazado el equilibrio medioambiental y frenando el comercio local.
Para responder a este problema, el Grupo de Acción por la Justicia y la Igualdad Social (GAJES) ha lanzado un proyecto innovador en colaboración con el CECI y su Programa de Cooperación Voluntaria. Bajo el título “Contribución de los jóvenes y mujeres preparadoras-vendedoras de akassa para proteger el medio ambiente”, este proyecto pretende ofrecer una alternativa sostenible a los envases de plástico, reforzando al mismo tiempo el liderazgo de las mujeres en la comunidad.
Una iniciativa colectiva y transformadora
Para garantizar su éxito, el proyecto se ha arraigado en el dinamismo de la comunidad. Se invitó a los residentes a co-crear la solución, lo que llevó a la creación del grupo AFLEGNON TITO MAN GBA. Este grupo de mujeres y hombres se dedica a la producción, procesamiento y comercialización de hojas de thalia, una planta local con múltiples usos, que se utiliza como alternativa a los envases y bolsas de plástico.
El compromiso de los jóvenes fue el núcleo de esta revolución. Mientras los hombres jóvenes se dedicaban a cultivar hojas de thalia, las mujeres jóvenes se encargaban de procesarlas y comercializarlas. Las vendedoras de akassa fueron las primeras en adoptar esta alternativa ecológica, redefiniendo su papel en la economía local.
"Cuando empezamos a utilizar las hojas de thalia, me di cuenta de que podíamos proteger el medio ambiente y aumentar nuestros ingresos al mismo tiempo. Esto nos dio un nuevo impulso", afirma FIATO GRÂCE, miembro activo del grupo.
Una transformación sostenible
Dos años después del inicio del proyecto, los resultados hablan por sí solos. La comunidad ha cambiado de varias maneras:
Este testimonio refleja una metamorfosis muy real - la de una comunidad que, al redefinir sus prácticas, está transformando su vida cotidiana.
Hacia un futuro sostenible
Con la creación de zonas dedicadas y viveros para garantizar una producción sostenible, el proyecto ha sentado las bases de un cambio a largo plazo. Las mujeres y los jóvenes que participan en esta iniciativa ya están viendo el impacto positivo en sus vidas.
Este éxito va más allá de la simple lucha contra los residuos plásticos - muestra cómo el compromiso local, apoyado por socios visionarios, puede redefinir el papel de las mujeres y los jóvenes en el desarrollo sostenible. Juntos, están construyendo un futuro en el que la prosperidad económica y la protección del medio ambiente van de la mano.
¿Le gustaría contribuir a este tipo de iniciativas? Hágalo aquí
Programa de cooperación voluntaria