Fortalecimiento del poder económico de las mujeres

Las mujeres y jóvenes, en particular las de comunidades desfavorecidas, se enfrentan a numerosos obstáculos, como dificultades para acceder a una educación de calidad y a servicios financieros. Luchan por crear empresas y hacerlas crecer, o simplemente por acceder a empleos de calidad que les permitan vivir decentemente. Las oportunidades y los servicios para el desarrollo económico son de difícil acceso, a menudo discriminatorios y poco adaptados a sus necesidades específicas. En términos más generales, los sistemas de mercado no las incluyen suficientemente, lo que reduce su papel y su valor dentro de la economía local. A esto se añade un ecosistema empresarial a menudo hostil que limita la participación de las mujeres en la toma de decisiones, así como un reparto desigual de las tareas familiares y domésticas no remuneradas, que les impide dedicarse a otras actividades.

1. Apoyamos a las mujeres en la adquisición de competencias técnicas, digitales y sociales para mejorar su capacidad de desarrollar un negocio, así como de acceder a un empleo de calidad y conservarlo;

2. Fortalecemos las empresas individuales y colectivas dirigidas por mujeres a través de mejoras a los modelos de negocios, la inclusividad de la cadena de valor y el acceso al mercado, con servicios de desarrollo inclusivo y acceso a la inversión de impacto y a la financiación mixta;

3. Apoyamos a reformas de género transformadoras del ecosistema empresarial para aumentar el liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones; y

4. Facilitamos el diálogo político inclusivo y abogamos por la reforma de las políticas y servicios gubernamentales y del sector privado, en particular para abordar mejor el trabajo de cuidados no remunerado y la violencia de género.

Transformados de este modo, los ecosistemas económicos animarán a las mujeres a ser más competentes y seguras de sí mismas, les darán un mejor acceso a empleos dignos y servicios de calidad adaptados a sus necesidades (incluidos los servicios financieros), y construirán entornos económicos más inclusivos. Las mujeres y jóvenes están más capacitadas para encontrar un empleo de calidad y para gestionar y desarrollar sus propias empresas, y sus ingresos aumentan, lo que les da un mayor control sobre ellos. Más realizadas y autónomas, evolucionan en un ecosistema empresarial favorable e inclusivo y tienen más voz en los órganos de decisión de sus empresas.