El cambio climático suele tener efectos devastadores en los ecosistemas y la biodiversidad, sobre todo para las comunidades que se enfrentan a la inseguridad financiera y tienen una capacidad de adaptación limitada.
Estos cambios afectan los sistemas agrícolas y de producción de alimentos, lo que repercute negativamente en la seguridad alimentaria de determinadas regiones. Afectan especialmente a las mujeres, las niñas y los grupos más vulnerables, dada su posición social, su papel en la comunidad y su acceso limitado a recursos, información y servicios adecuados.
El proceso de adaptación al cambio climático permite a las sociedades ajustarse en respuesta a los cambios en su entorno, con el fin de limitar los impactos negativos del cambio climático. Las estrategias de adaptación tienen como objetivo aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad de los entornos, organizaciones, comunidades e individuos.
de personas estaban en crisis de inseguridad alimentaria aguda en 2022, siendo las condiciones meteorológicas extremas el principal factor de inseguridad alimentaria (GRFC).
de las tierras y aguas globales deben ser protegidas para preservar la capacidad de la naturaleza de asegurar la supervivencia de las poblaciones y el planeta (COP15).
del financiamiento internacional para el cambio climático se destina a la adaptación y la resiliencia (AQOCI).
1- Movilizar a las comunidades e instituciones para la adaptación al cambio climático y la justicia climática, con un enfoque transformador de género;
2- Facilitar una gestión inclusiva y sostenible de los sistemas agrícolas y alimentarios, de los ecosistemas y de los riesgos de catástrofes, apoyándose en el liderazgo de las mujeres y reforzando la acción colectiva local y los marcos políticos e institucionales; y
3- Apoyar la identificación y aplicación de soluciones basadas en la naturaleza que se apoyen en el liderazgo de las mujeres y promuevan la seguridad alimentaria y el mantenimiento de la biodiversidad.
Los sistemas agrícolas y alimentarios, los ecosistemas y la biodiversidad se vuelven más resistentes al cambio climático y más sostenibles, en beneficio de las mujeres, los jóvenes y sus comunidades. Aumenta el liderazgo de las mujeres como actores clave en la adaptación al cambio climático.
Desde 2018, el CECI y sus organizaciones socias o colaboradores locales han restaurado 750 hectáreas de tierras degradadas en Haití mediante la creación de bosques energéticos sostenibles. Este enfoque ha aumentado la captura de carbono mediante un método de siembra directa más eficiente y resistente a los cambios climáticos que las otras alternativas. Esta iniciativa innovadora está en su segunda fase de expansión y ha concluido recientemente en la firma de un acuerdo protocolario con el Ministerio de Medio Ambiente en 2021.