Historia de éxito
En Savalou, en el corazón del departamento de las Collines (Benín), las mujeres están transformando con determinación la economía local. Activas en sectores clave como la transformación agroalimentaria, el comercio, la restauración y el uso artesanal de materiales de construcción, están dando forma a cadenas de valor resistentes que son esenciales para la seguridad alimentaria y la estabilidad de los hogares.
Pero a pesar de su papel central, se enfrentan a muchos retos: acceso limitado a la financiación, equipamiento inadecuado, mercados mal estructurados. Para que su impacto se materialice plenamente, es esencial reconocer, apoyar y reforzar sus iniciativas.
En las Collines, la agricultura sigue siendo la actividad dominante. Pero ya no basta con cultivar para tener unos ingresos estables. Están surgiendo nuevas oportunidades económicas a través de la transformación de los productos, que en su gran mayoría realizan las mujeres.
La mandioca está en el centro de esta dinámica. Transformada en gari, tapioca o almidón, es un alimento básico muy popular en la región. Todas las etapas, desde la transformación hasta la comercialización, las llevan a cabo grupos de mujeres, a pesar de la clamorosa falta de infraestructuras modernas y de acceso al agua potable.
El arroz local, aunque abundante, sigue compitiendo con los productos importados. El sancochado, una técnica que dominan las mujeres, mejora su calidad, sabor y conservación. Un apoyo en equipamiento y organización permitiría a este sector recuperar su competitividad.
Por último, la transformación de la fruta local en zumos naturales como el anacardo, el mango o el baobab, ofrece un potencial aún muy poco explotado. Con un apoyo específico a la higiene, el envasado y la distribución, este sector podría convertirse en una auténtica palanca económica.
A la sombra de estos sectores agrícolas, otras mujeres ejercen ocupaciones a menudo invisibles. La trituración de piedra, por ejemplo, es una fuente de ingresos para muchas familias. Penosa y arriesgada, esta actividad tradicional adolece de una falta total de mecanización y expone a las trabajadoras a riesgos para la salud. Unas herramientas adaptadas y una mejor organización podrían cambiar sus condiciones de vida.
Las mujeres comerciantes de Savalou garantizan el abastecimiento diario de productos básicos - pan, condimentos, gasolina - a pesar de sus limitados recursos. Estas actividades, esenciales para la economía local, se beneficiarían del apoyo de mecanismos de microfinanciación adecuados.
Paralelamente, el sector de la restauración se desarrolla y contribuye a promover el patrimonio culinario de Benín. Los platos tradicionales son cocinados y vendidos por mujeres que combinan la transmisión cultural con la independencia financiera. El acceso a infraestructuras apropiadas y la formación en gestión e higiene reforzarían la profesionalización de este sector.
Las mujeres de Savalou no son meros agentes económicos: son las verdaderas impulsoras del cambio local. Su compromiso diario demuestra su capacidad para innovar, adaptarse y crear valor a pesar de unas condiciones a veces extremas.
Para reforzar su impacto, necesitamos movilizar una serie de palancas:
Gracias a nuestros socios financieros y de implementación, sin los cuales este proyecto no sería posible. El programa de cooperación voluntaria del CECI se lleva a cabo en colaboración con el Gobierno de Canadá.