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Solidarios frente a la COVID-19

La crisis actual nos demuestra hasta qué punto nuestro mundo está interconectado y hasta qué punto dependemos los unos de los otros para luchar contra la propagación de la COVID-19. Toda la humanidad hace frente a un desafío enorme, pero juntos podemos salir adelante. 

El día de hoy estoy conmovida al ver que el mundo entero muestra una solidaridad ejemplar. Somos testigos de esto constantemente, empezando por la dedicación excepcional del personal médico y de todas la personas que siguen trabajando para garantizar los servicios esenciales a la población que está confinada. Cada quien hace su parte para contribuir a un objetivo común: lograr contener esta enfermedad que no conoce fronteras. Esta solidaridad se manifiesta en todos los niveles: entre vecinos, en los municipios, en las regiones, en los países, y a nivel internacional. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, nos recordó el 25 de marzo que esta crisis provoca una necesidad imprescindible de solidaridad a nivel internacional, puesto que “las respuestas individuales de los países no serán suficientes.” 

Esta semana, Canadá anunció un aumento de la ayuda internacional para frenar la COVID-19 en el extranjero, y yo celebro la iniciativa. El compromiso de la política exterior feminista de Canadá tiene una importancia vital en este periodo de crisis.

En el CECI, nos preocupa particularmente el impacto de esta crisis multidimensional sobre las personas en situación de pobreza y de vulnerabilidad, sobre todo las mujeres y las niñas. Nuestro objetivo es asegurarnos que nadie se quede afuera de la respuesta mundial a esta crisis. 

El impacto de la COVID-19 sobre las mujeres

Sabemos a qué grado el cierre de las escuelas y de las guarderías pone un peso desmesurado sobre las mujeres en cuanto al cuidado de los niños, lo que les impide en muchas ocasiones trabajar en casa o encontrar fuentes alternativas de ingreso. En los países con economías inestables, muchas mujeres dependen del trabajo informal o trabajan en el campo, pero sin remuneración. Las restricciones a la movilidad ponen así en riesgo las fuentes de ingreso, afectando principalmente a las mujeres. 

La experiencia de otras epidemias, como el ébola en África occidental, nos permitió hacer algunas observaciones sobre las diferencias de género. Por ejemplo, había más casos de contagio en las mujeres, ya que son más numerosas trabajando en los hospitales,  cuidando a los enfermos o las personas mayores. Los pocos recursos para la salud reproductiva son canalizados hacia la crisis sanitaria, aumentando la mortalidad materna. 

Actualmente, las asociaciones de mujeres que apoyamos en Haití, en Nepal, en América latina y en África occidental nos informan no sólo del aumento de casos de violencia conyugal, si no también de la incapacidad de los centros de alojamiento para hacer frente a la demanda respetando las normas sanitarias.  

La violencia de género es un tema que se encuentra en el centro mismo del trabajo del CECI. Las cifras oficiales generalmente subestiman la situación real, pero en tiempos de pandemia, el centro de atención gira hacia otros datos. Tememos que esta situación alarmante pase desapercibida bajo el silencio del confinamiento. 

Nuestra acción

En este momento, nuestros equipos trabajan activamente en la elaboración de planes para adaptar todos nuestros proyectos en curso. El CECI, con su red de socios y con sus equipos locales, está listo para responder a la crisis de manera eficaz, mientras sigue adelante y adapta sus operaciones. 

La cohesión social de las comunidades con las que trabajamos está en riesgo en estos momentos de crisis sin precedente y debido a las medidas de confinamiento, en ocasiones difíciles de respetar. En colaboración con nuestros socios de los países del sur, concentramos nuestros esfuerzos tanto en la prevención y la sensibilización del riesgo sanitario, como en la continuidad del apoyo comunitario y de la protección del tejido social. 

Nuestras acciones de prevención y de recuperación se enfocarán, por un lado, en todas las formas de discriminación que serán consecuencia de esta situación, con el fin de garantizar la igualdad de acceso de mujeres y de hombres a las iniciativas de respuesta. Por el otro lado, en la consideración de las necesidades específicas de las mujeres y de las personas vulnerables. Principalmente, vamos a reforzar las prácticas de higiene mediante campañas de sensibilización y de distribución de estuches de higiene, a mejorar el registro de pacientes, a reforzar las campañas de sensibilización contra la violencia de género, y a establecer proyectos de recuperación económica, sobre todo para las mujeres, durante la etapa de después de la COVID-19.

Además, durante las siguientes semanas, trabajaremos también con organizaciones locales de mujeres para analizar y medir con más detalle el impacto de esta crisis sobre la situación de las mujeres y las niñas para orientar mejor nuestras acciones futuras.

Su apoyo

Si tienen los medios, los invito a mostrar un gesto de solidaridad y apoyar nuestras acciones, haciendo una donación a nuestro fondo de emergencia COVID-19.

> Sí, me gustaría apoyar las acciones del CECI

Hoy, más que nunca, y a pesar de las medidas de confinamiento y de distancia física que afectan a más de la mitad de la población mundial, estamos juntos. 

Claudia Black
Directora general del CECI

 

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